Para que nuestra bola realice grandes recorridos no es necesario sacudirle un porrazo como si se tratara de pinchar una aceituna, sino darle de tal manera que ande lo más posible con el menor esfuerzo.
Esto es algo que, si no se puede explicar bien desde aquí, irán conociendo con la propia experiencia, de igual manera que los grandes jugadores de golf mandan la bolita a 300 metros sin que hayan querido reventar sus pelotitas.
Estando las bolas juntas, la blanca y la roja, como se indica en el dibujo, junto al rombo tres de la banda corta, y la nuestra en ese lugar confuso, a la altura del segundo rombo de las bandas largas, cabe la posibilidad de realizar la carambola no a tres bandas, sino a nueve.
Naturalmente ésta es una posición excepcional, más para impresionar al público que para la práctica consecución de la carambola. Podríamos decir que se trata de una carambola de fantasía.
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