El quid de esta carambola está precisamente en dar a la bola jugadora efecto contrario, o sea, de la derecha, lo opuesto a lo que parecería más lógico, ya que de esta manera se consigue que, enviándola al rombo tres de la banda larga de la derecha, luego la bola vaya hasta casi el rincón, pero dando antes en la banda larga de la izquierda, y así poder efectuar el recorrido tal y como dice el grabado.
En el billar, como irán apreciando poco a poco, pueden conseguirse los recorridos más inverosímiles por imposibles que parezcan.
Pero también para esto es necesario jugar en una mesa que reúna las debidas condiciones: limpieza de bolas y paño, taco adecuado, luz en su justo lugar, temperatura de la mesa, etcétera.
Piense que, si el billar fuera un juego fácil, en poco tiempo habrían perdido toda ilusión. Es como la mujer que se entrega pronto. Pues...
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