Joaquin Sabina |
La Hoguera |
(Versión de Javier Krahe)
Es un asunto muy delicado el de la pena capital, porque además del condenado, juega el gusto de cada cual. Empalamiento, lapidamiento, inmersión, crucifixión, desuello, descuartizamiento, todas son dignas de admiración. Pero dejadme, ay, que yo prefiera la hoguera, la hoguera, la hoguera. La hoguera tiene qué sé yo que sólo lo tiene la hoguera. Sé que han probado su eficacia los carchutos del pelotón; la guinda del tiro de gracia es exclusiva del paredón. La guillotina, por supuesto, posee el chic de lo francés, la cabeza que cae en el cesto, ojos y lengua de través. No tengo elogios suficientes para la cámara de gas, que para grandes contingentes ha demostrado ser un as. Ni negaré que el balanceo de la horca un hallazgo es, ni lo que se estira el reo cuando lo lastran por los pies. Sacudir con corriente alterna reconozco que no está mal: la silla eléctrica es moderna, americana, funcional. Y sé que iba de maravilla nuestro castizo garrote vil para ajustarle la golilla al pescuezo más incivil. |
La Mandrágora |