Joaquin Sabina |
Villatripas |
(Javier Krahe)
Por su gran prosperidad decidió la autoridad de Villatripas de Arriba -¡que viva el alcalde, viva!- erigir un monumento un auténtico portento que a los de Abajo asombrara una escultura bien cara como dijo el pregonero: ”que costará su dinero pues de mármol alabastro de nuestro rico catastro la montará un escultor en plena Plaza Mayor”. Y terminaba el pregón: ”¡será una gran erección!”. Se gastó mucha saliva en Villatripas de Arriba la gente andaba tan fatua con la cosa de la estatua y había gran emoción cuando la inauguración. La alcaldesa con premura corrió el velo a la escultura y apareció ante la villa la supuesta maravilla: saliendo de entre las aguas sin siquiera unas enaguas toda, toda, desnudita, una Venus afrodita. La erección no estuvo mal, satisfizo al personal. |
Tenía el pueblo de al lado el ánimo muy picado y allá habló el señor alcalde: ”¡Erigiremos de balde! En Villatripas de Abajo se suple con desparpajo por parte del vecindario la falta de monetario. ¡Vecinos de este lugar, hay que vencer o ganar! ¿estáis dispuestos a todo por sacudiros el lodo de esa Venus Afro... leches?” ”¡Alcalde, lo que nos eches!” respondió la población con una gran ovación. Cogieron a la Jacinta la moza de mejor pinta y en la misma plazoleta la pusieron en porreta y la echaron al pilón sin mayor vacilación. Luego fue una comitiva a Villatripas de Arriba a decirles que bajaran, miraran y compararan: ”Comparando las dos Venus, ¿cuál es más y cuál es menos?” Excepto algún poetastro que alabó a la de alabastro y el pelma de Don Simón que de un vuelo fue al pilón se oyó gritar a compás: ”¡La Jacinta mucho más!” Y con grandiosa vehemencia añadió la concurrencia -sobre todo los varones- que en lo tocante a erecciones, la Jacinta en el pilón... Matarilerilerón. |
La Mandrágora |