Joaquin Sabina |
Corre, Dijo La Tortuga |
Corre, dijo la tortuga, atrévete, dijo el cobarde, estoy de vuelta, dijo un tipo que nunca fue a ninguna parte, sálvame dijo el verdugo, sé que has sido tú, dijo el culpable, no me grites, dijo es sordo, hoy es jueves, dijo el martes, y tú no te perfumes con palabras para consolarme, déjame solo conmigo, con el íntimo enemigo que malvive de pensión en mi corazón. El receloso, el fugitivo, el más oscuro de los dos, el pariente pobre de la duda, el que nunca se desnuda si no me desnudo yo, el caprichoso, el orgulloso, el otro, el cómplice, el traidor. A ti te estoy hablando, a ti que nunca sigues mis consejos, a ti te estoy gritando, a ti que estás metido en mi pellejo, a ti que estás llorando ahí, al otro lado del espejo. A ti, que no te debo más que el empujón que anoche me llevó a escribir esta canción. No me mientas dijo el mentiroso, buena suerte dijo el gafe, ocúpate del alma, dijo el gordo vendedor de carne, pruébame dijo el veneno, ámame como odian los amantes, drogas no, dijo el camello, ¿cuánto vales? dijo el gángster, a punto de rendirme estaba, a un paso de quemar mis naves, cuando al borde del camino por dos veces el destino me hizo un guiño en forma de labios de mujer: ¿Nos invitas a una copa?, yo te secaré el sudor, yo te abrazaré bajo la ropa, ¿y quién va a dormir conmigo? "Ni lo sueñes" -contestó una indignada-, y otra, encantada, no dijo nada y sonrió. |
Mentiras Piadosas |