Joaquin Sabina |
El Muro de Berlín |
Ese tipo que va al club de golf, si lo hubieras visto ayer, dando gritos de "yankie go home" coreando slogan de Fidel, hoy tiene un adoquín en su despacho del muro de Berlín. Ese mismo que tanto admiró la moral estilo soviet, por un catorce por ciento cambió la imaginación al poder desde que a Hollywood llega una línea del metro de Moscú. Ha vuelto Rasputín, se acabó la guerra fría, ¡que viva la gastronomía! y uno no sabe si reír o si llorar viendo a Rambo en Bucarest fumar la pipa de la paz. Ese que "al capital goma dos" con spray pintaba en la pared, sufre el exceso de colesterol si fluctúan los tipos de interés. Y tiene un adoquín en su despacho del muro de Berlín. No habrá revolución, es el fin de la utopía, ¡que viva la bisutería! y uno no sabe si reír o si llorar viendo a Trotsky en Wall Street fumar la pipa de la paz. Hasta en Sebastopol los camaradas bailan el rock and roll. ha vuelto Rasputín, Se acabó la guerra fría, ¡que viva la peluquería! y uno no sabe si reír o si llorar, por lo menos que le pongan hash a la pipa de la paz. Siempre que luchan la KGB contra la CIA gana al final la policía; sobre el rencor de clase floreció el amor, ayer Lenin y Zsa Zsa Gabor se casaban en New York. No habrá revolución, se acabó la guerra fría; y uno no sabe si reír o si llorar, por lo menos que le pongan hash a la pipa de la paz. |
Mentiras Piadosas |