Malasangre

Malasangre se escapó al doblar la esquina.
Le abrió su capa la noche y le escondió.
Y con los ojos colorados,
la vecina del entresuelo amaneció.

...y no ha de buscarte más solloza y jura
sentadita en el cubo de la basura.

Aún piensa que el rocío y la barriga hueca
te dirán por dónde volver.
Que cruzarás la calle empujarás la puerta
y buscarás algo de comer.

Que mancharás la alfombra
bajarás los ojos y te irás a esconder
a un rincón afligido...
Malasangre consentido.

Mala sangre, dice, que anda por tus venas...
...«Fíjese usted que no es la primera vez». ...
«Que se alborota con calor y luna llena». ...
«Que se desespera y tras cualquiera echa a correr».

Mala sangre que te salva, perro ingrato,
de que te dio cariño, cobijo y plato,
y te entregó su casa,
sus noches de invierno
y su calor de buena mujer.

Convirtió en caricias tus lamidos lerdos
y te enseñó el hocico a mover.
Muchas son las deudas perro callejero.
Cualquier día no vas a ser bienvenido.
Malasangre consentido.

Qué alegría la del sol cuando te vea
festejando con el día sin bozal y sin correa.

Y no vuelvas a rondar esa escalera
que en cualquier momento puede suceder,
que te dejen de un mal golpe de tijeras
sin atributos para ejercer.
Y uno menos a sembrar de hijos la tierra...

Y hay tantas calles, tanto sol
y tanta perra necesitando marido,
Malasangre consentido,
Malasangre consentido.