Cambrai, en el norte de
Francia el
20 de
Noviembre de 1917, fue el lugar en el que por primera vez hicieron su
aparición los tanques a gran escala, marcó definitivamente un paso
adelante en la historia militar, y un cambio rotundo en la manera de
entender la nueva guerra tecnológica.
Los Alemanes ya conocían el
tanque, de sus otras apariciones en el Somme, de hecho no consideraban al
tanque una seria amenaza, ya que hasta el momento no había demostrado ser
una máquina demasiado útil en la guerra.
El Plan fue propuesto por J.F.C
Fuller, en junio de 1917 y casi simultáneamente por Hugh Henry
Tudor. Ambos planes fueron considerados por Julian
Byng, Comandante del Tercer Ejército. Douglas Haig aprobó el plan
con el nombre de «Operación GY".
Dio comienzo a una enorme
tarea, toda la preparación la logística, y la acumulación de suministros,
se iban a utilizar todos los tanques disponibles. Además de 376 carros de
combate, los británicos contaban con 18 tanques de suministro y para
transporte de cañones, 32 tanques equipados con grúas, para abrir los
pasillos en las alambradas,3 tranques de radio transmisiones, mientras que
otros llevaban material para los puentes y otros, el tambor con el cable
telefónico, un total de 474 vehículos.
Tal cantidad de carros de
combate necesitaban de no pocos suministros, 775000 litros de gasolina, 34
toneladas de grasa y medio millón de proyectiles de 6 libras además de 5
millones de balas, todo este movimiento de material a la línea de frente
no fue nada fácil mantenerlo en secreto, por tren se transportaron los
tanques desde la costa hasta la retaguardia.
Las trincheras y fosos de
Cambrai eran demasiado anchos para que un Mark IV pudiese sobrepasarlos,
así que tras varias pruebas infructuosas se utilizó la más simple de las
soluciones, ni más ni menos que unos cuantos troncos y ramas atadas que
iban sujetas en el techo de los tanques sobre unos raíles, de unas 2 tn,
1,4 m de diámetro y 3 m de largo. Una vez que el tanque llegaba al foso en
cuestión, desde el interior, la tripulación soltaba el "invento" para que
rodara hasta la trinchera, aunque esta operación no estaba exenta de
cierta preparación, para ver cuando y donde soltarla para que funcionara
el "invento".
Los Británicos convencidos de
su invento deciden atacar, tuvieron más cuidado de escoger el campo de
Batalla, huyendo del terreno fangoso que caracterizó la batalla de Ypres,
en la que los tanques no estuvieron a la altura de las circunstancias.
El objetivo principal era
romper la Línea de Hidenbourg y para ello se utilizaría la nueva arma. El
tanque resolvía uno de los problemas clave de la 1ª G. M., el de combinar
la potencia de fuego con la movilidad de una manera efectiva, los tanques
necesitaban de un terreno seco y duro, Cambrai tenía ese tipo de terreno.
La artillería era consciente
de que no debía machacar el terreno, un breve bombardeo sobre las líneas
enemigas bastó para dar paso a la ofensiva. Localizando la artillería
enemiga para bombardearla antes de iniciar la batalla, los británicos
pusieron sobre la mesa todos sus conocimientos tecnológicos para sacar
ventaja en el campo de batalla.
Los tanques aparecieron con
las primeras luces del día, 474 tanques iban seguidos de 6 divisiones de
infantería y 2 de caballería, acompañados de 14 escuadrones de la Royal
Air Force.
En un primer momento el éxito
fue rotundo, 8000 prisioneros y más de 100 armas capturadas, sólo en el
primer día.
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Mapa del avance Británico.
Fuente:
Atlas of Fist World War
Arthur Banks |
Comandante Gerald Huntbach,
Cuerpo británico de Blindados: "apareció una figura ágil, con la pipa
encendida y el bastón bajo el brazo, resulto ser el General Else, voy a ir
en este tanque, dijo, acariciando a Hilda, abrí la puerta y él entró en el
tanque"
Diario de un oficial británico
del cuerpo de Blindados: " justo antes de las seis y media de la mañana se
empezó con una barrera de artillería y nos pusimos en marcha, pronto nos
encontramos con el primer bache, subimos un terraplén, aplastamos un seto
y caíamos pesadamente, dábamos tumbos como si fuéramos cacahuetes, y
teníamos que agarrarnos a lo que podíamos"
George Coppard, soldado
británico:"los tanques parecidos a sapos gigantes, se hicieron visibles
contra el horizonte, algunos tanques de vanguardia, llevaban leña, que
tiraban en las trincheras alemanas y luego pasaban por encima, ya había
salido el sol cuando cruzamos la tierra de nadie y las primeras líneas
alemanas, vi a muy pocos heridos regresando y muy pocos prisioneros
alemanes, las alambradas del enemigo habían sido arrastradas como cortinas
viejas, parecía que los tanques habían abierto camino sin problemas"
Los tanques abrían una brecha
en las líneas alemanas con la infantería siguiéndoles de cerca,
protegiéndose mutuamente, mientras la caballería avanzaba.
Los tanques habían permanecido
ocultos detrás de la infantería, en un bosque cercano. Con la nueva arma,
aun en fase de experimentación, el secreto era crucial, se levantaban
pantallas de humo para ocultar sus movimientos y las huellas dejadas por
las orugas se ocultaban a su paso.
Carta de Basil Henriques,
Oficial británico del cuerpo de blindados: " lo que más nos preocupaba,
¿los hunos sospechan algo?, era muy emocionante..."
Teniente Richter del ejercito
alemán: "Sobre las nueve de la mañana los hombres de infantería los
soldados que se retiraban nos contaban que habían visto una gran cantidad
de tanques, tantos que era imposible pararlos"
Otro oficial alemán declaraba:
"Los tanques aparecieron arrastrándose por las estribaciones al sur del
pueblo, ninguno de nosotros había visto antes una bestia igual"
Oficial Británico: " por
primera vez disfrutamos del magnifico espectáculo de nuestra artillería de
campaña preparándose para avanzar, primero al trote, luego al galope,
batería tras batería, para tomar nuevas posiciones en las líneas alemanas
recién capturadas"
Atravesar las líneas alemanas
con el menor número de bajas era un incentivo añadido. Los alemanes
tuvieron que retirarse más de 7 km, la sorpresa fue total, los tanques
avanzaron imparables sobrepasando alambradas, zanjas y todo tipo de
obstáculos.
Diario de un soldado británico
del cuerpo de blindados: "Fue un día muy largo y duro, pero la visión del
todo el terreno que habíamos conquistado conseguido con tan poca sangre
derramada nos dio ánimos, las tropas parecían muy complacidas con nuestros
tanques, tan complacidas que nos tomamos unos tragos con ellos, es
asombroso la cantidad de wisky que los soldados británicos llevan a la
batalla"
El 21 de noviembre, las
campanas sonaron en Gran Bretaña al igual que sonaron en Alemania por
Verdun, al fin los aliados se alzaban con una victoria, pero el ruido de
las mismas dejó paso a una victoria precipitada, durante el rápido avance
británico, dejaron tras de si varios pueblos sin conquistar cerca de
Cambrai, no habían alcanzado todos sus objetivos.
En el centro de la 51 ª División (Highland) se
estancó en su primer objetivo,
Flesquieres aún estaba en manos de los alemanes, los escoceses de este
sector no podían acercarse para dar apoyo a los tanques por culpa de la
alambradas, con lo cual sólo podían apoyarles con nidos de ametralladoras,
y muy cerca de allí se encontraba una batería alemana, entrenada en la
lucha contra los tanques.
Teniente Richter del ejercito
alemán: " del pueblo emergió un tanque...
-¿Distancia?
- 275 metros.
-¡Fuego...!, ¡maldición!
demasiado lejos, ¡fuego...!, un poco más a la derecha, ¡fuego...!, ¡le
hemos dado, le hemos dado!, ¡OH! señor...
(...) Una columna de fuego
salía del monstruo, dos de nuestros hombres corrieron hacia el tanque y
cuando volvieron describieron los cuerpos medio quemados de la
tripulación"
Las condiciones en el interior
de los tanques no eran ni mucho menos cómodas, las nuevas tripulaciones
luchaban con un arma nueva y en muchas ocasiones las averías inutilizaban
a los tanques, dejándolos indefensos en el campo de batalla.
Memorias de D. E. Hickey,
oficial británico del cuerpo de blindados: "En ese crítico momento falló
la bomba que proporcionaba combustible al motor, este hizo un ruido y se
paró, ahora éramos un blanco fijo, en el repentino silencio podíamos oír
el ruido sordo de los proyectiles y trozos de metal y tierra que golpeaban
los costados del tanque, el aire en el interior era irrespirable, con
caras tensas la tripulación observó cómo el segundo conductor,
imperturbable y metódicamente arreglaba la bomba, ignorando los consejos
de darle un golpe"
En Fesquiere los alemanes
dejaron fuera de combate a 32 tanques, y un número mayor quedó fuera de
servicio en las estrechas calles de Fontaine Notre Dame.
Teniente Coronel J.F.C. Fuller
del cuerpo británico de Blindados: "En Fontaine hubo una terrible
matanza,(...) no se me ocurrió pensar luchar en las calles de un pueblo,
podía haberme dado de bofetadas por mi falta de previsión, pero nunca se
me ocurrió pensar que nuestros comandantes de infantería enviarían a los
tanques a un lugar así"
Los alemanes utilizaban sus
cañones antiaérereos montados en camiones para atacar a los tanques con
proyectiles perforantes.
Soldado alemán: "nueve tanques
se acercaban a nosotros, el capitán nos ordenó que esperáramos,
-Tranquilos chicos, esperad. -Cuando el enemigo estaba a menos de 100
metros, recibimos la orden, ¡rápido fuego! , el primer tanque se levantó
por delante, los que le seguían se detuvieron..., un cañonazo directo tras
otro"
Por otro lado la 62 División
llegó hasta los bosques de Bourbon Ridge, en total 179 tanques quedaron
inservibles el primer día,
65 destruidos,
71 habían sufrido algún fallo mecánico y 43
se quedaron por el camino en las zanjas.
Los éxitos iniciales no fueron
suficientes, los británicos no supieron aprovechar el avance y los
alemanes enviaron refuerzos a la zona de Bourbon, la lucha
fue feroz alrededor Bourlon y en Anneux, en el límite
de los bosques, fue muy costoso
para ambos bandos. Los Británicos con el apoyo de
casi un centenar de tanques y 430 cañones
intentaron avanzar, pero no lo consiguieron. Mientras que las reservas
británicas, se iban agotando los alemanes enviaban más refuerzos, el día
27 se hizo un último esfuerzo con 30 tanques y la 62 división, aunque en
un primer momento tuvo éxito, duró poco. El 28, los británicos intentaban
asentar las posiciones mientras que los alemanes les bombardeaban.
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Mapa del contraataque Aleman.
Fuente:
Atlas of Fist World War
Arthur Banks
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El día 30 de noviembre un
contraataque alemán tomó por sorpresa a los británicos, con tropas de
asalto apoyadas por aeroplanos, en sólo 10 días recuperaron todo el
terreno perdido, pese a los duros combates, los británicos fueron
obligados a retirarse de las posiciones conquistadas.
Durante
la batalla las bajas en ambos bandos fueron altas,
los alemanes, alrededor de 45.000
y 44.000 británicos además de 179
tanques. 11000 prisioneros alemanes y 9000
británicos. Si en última instancia el despliegue masivo de tanques
no había logrado el deseado de avance, no cumpliendo con
los objetivos, quedó demostrado el potencial de la nueva arma.
En Cambrai los británicos habían aprendido una dura lección sobre el uso
de los tanques y del trabajo en equipo.
Texto: Miguel Gonzalez
Imagenes :
La Primera
Guerra Mundial en color
La Primera
Guerra Mundial, "Fin del asedio". |
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