Un Mark I puede parecer grande visto desde fuera. Tiene unos 8 metros de largo,
3 de ancho y 2,5 m de alto aproximadamente. Sin embargo, la tripulación de 8
hombres no
compartía esta
opinión, de hecho, creo que si tuvieran que compararla con algo seria con un submarino, la
única diferencia es que aquí no hay cama caliente.
Interior de un tanque Frances ST Cahmond
Fuente: Miguel Gonzalez, Museé des Blindes.
La vida, o mas bien la guerra,
en el estrecho interior de uno de estos primeros carros de combate no era
nada fácil. La cualidad mas destacada y a mi modo de ver, mas incomoda,
era que el motor no estaba separado del resto del tanque, con lo cual los
hedores del motor, mezclados con aceite y todo tipo de vapores procedentes
del motor en funcionamiento, hacia de la atmósfera de unos tanques con
mala ventilación, fuese poco mas que irrespirable, además del
atronador ruido del propio motor, ya que carecía de silenciador, que hacia
que los tripulantes no pudiesen oír ni sus propios pensamientos, para
comunicarse, se hacia evidentemente por señas, aunque lo mas difícil era
llamar la atención de tu compañero golpeando cualquier cosa contra el
chasis.
Disposicion de la
tripulación de un tanque Aleman A7V. Fuente:
German tanks in WWI
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Un Mark I tenia una dotación
de 8 hombres, cada uno de ellos tenia su rudimentario chaleco y mascara de
cota de mallas cual caballero del medievo, con ello se pretendía proteger
a la tripulación de las proyecciones causadas por los impactos de bala del
exterior, claro que cuando ya te habías acostumbrado al hedor y al ruido,
entonces tras unos veinte minutos en el interior de un tanque, sin
refrigeración ni ventilación adecuada, se alcanzaban unos 40º de
temperatura, incluso en pleno invierno. |
Izquierda:
Mascara de tanquista frances
Fuente: Renault FT, Osprey |
Un peligroso deposito de
combustible de 227 litros, acompañaba al tanque, el cual le permitía una
pobre autonomía que no llegaba a los 40km, a unos 5 km de velocidad punta.
Posicion del cañón en un A7V.
Fuente: German tanks in WWI
Evidentemente un tanque tenia
que llevar una serie de provisiones: dado que las tripulaciones tenían que
ir preparados para cualquier eventualidad, llevaban raciones de comida y
un bidón con unos 90 litros de agua muy necesaria.
En cuanto la tanque,
necesitaba de mucha munición, para un "male" (o macho con cañón principal) 337
proyectiles de 47 mm y 6272 balas de ametralladora de 8 mm, en el caso de
un "female" (o hembra, armado solo con ametralladoras) la nada despreciable
cifra de 33000 proyectiles de 7,7 y 8mm.
Además de todo esto, por
supuesto, repuestos para el arcaico motor, dado que no eran muy de fiar y
podían dejar a la tripulación "tirada" en medio del combate, siendo un
fácil objetivo para el enemigo, además de bidones de grasa y aceite
lubricante por si el motor necesitara de algún mantenimiento, también se
llevaban repuestos para las armas por si estas fallasen.
Mandos de conducción al fondo. Fuente: Landships
En cuanto a la comunicación,
un gran teléfono de campaña con un par de cientos de metros de cable y
unas banderas señalizadotas, por si esto fuera poco, a la tripulación las
acompañaban unas palomas mensajeras, que se jugaban las plumas cruzando el
cielo, en medio del combate. También, no nos olvidemos, unas linternas y
herramientas.
Bueno, una vez que tenemos a
nuestro "dragón" y los "caballeros" preparados con todo el equipo;
municiones, comida y agua, aceites, repuestos, palomas, cable, etc...
emprendemos un largo camino al campo de batalla, lleno de baches y
desniveles, contando, que todo lo anterior no iba sujeto de ninguna
manera, era lo mas parecido a una ir en el interior de una coctelera. Todo
tipo de objetos "volando" por el interior, hacia que el mayor peligro para
la tripulación fuese la mala fortuna de que algo les diese en la cabeza o
les rompiese cualquier hueso, además de las caídas y demás incidencias de
cualquier tipo que pudiesen sorprender a los hombres. Para seguir con las
analogías, en palabras de un tripulante de un tanque antes enrolado en la
marina "...como un torpedo en una tormenta".
Motor y al fondo el cañón Fuente:
Landships
Una vez "superados" los
primeros vaivenes, la artillería enemiga hacia su aparición, y en el
intento de acertar en el blanco, tierra y piedras golpeaban el chasis con
fuerza, un poco mas tarde, los primeros disparos de ametralladoras
golpeaban el blindaje, mientras la tripulación apuntaba y dispara como
podía, entre bache y bache.
Una bala de la nueva munición,
logro atravesar el blindaje, con un poco de suerte venia con la suficiente
fuerza y atravesaría el blindaje de nuevo para salir por el otro lado, si
no era así, el pequeño proyectil se hacia un "tour" por en interior del
vehículo con el consiguiente peligro de herir a cualquier miembro de la
tripulación.
Corte
de un Mark IV. Fuente: Landships
El día se acaba y la
tripulación vuelve de una pieza, nadie se ha roto ningún hueso, la
artillería no acertó, y quizás lo mas importante, el tanque no los ha
dejado "tirados" en medio de combate. Incluso las palomas han vuelto a
casa sin un rasguño.
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